
La colegiada, de 13 años, y que hace tres meses se incorporó a la Delegación ourensana dijo que 'en el primer tiempo, como iba perdiendo se quejaba de que botaban mucho los balones y que el campo estaba mal pintado y sus protestas continuaron en la segunda mitad hasta que que de los nervios rompí a llorar. Fue entonces cuando vino a pedirme perdón'. Los chavales, ajenos a este dialéctica entre técnico y árbitra, 'se lo estaban pasando bien jugando y el partido acabó 2-2', agregó Da Silva.
El técnico del Ribeiro, José Pérez, no entendía el proceder de su colega porque se trata de niños de 8 y 9 años y una colegiada muy jovencita que como los jugadores están aprendiendo y lo que se debe es tratar de ayudarles. Según el propio Pérez, el entrenador visitante en el descanso 'le reclamaba que esos balones botaban mucho, pero a estos chavales no se les puede dar un Mikasa que son más pesados y duros. Lo triste es que con esas historias acabó haciendo llorar a la chica'.
LA REGIÓN
* Simplemente añadir , que conozco al mister del Santa y es una persona que no suele tener este comportamiento , todo lo contrario .
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